Asesinos Seriales

 

autor: Michel Quintana Solis

GRAHAM YOUNG

Primeros años y primer crimen

Nacido en Neasden, un distrito de la ciudad de Londres, Graham se mostró fascinado con la química y con los venenos, mostrándose interesado en los efectos de estos elementos sobre el cuerpo humano desde muy temprana edad. En 1961 (cuando tenía 14 años), Graham comenzó a envenenar a su familia con diferentes tipos de elementos, produciendo serios problemas de salud en los afectados. Además, el adolescente Graham compraba muchos de estos elementos, entre los que frecuentaba el antimonio y la digitalis; mintiendo sobre su edad o simplemente alegando a los vendedores que los necesitaba para experimentos escolares.

En 1962 su madrastra muere envenenada. También, Graham había envenenado sistemáticamente a su padre, hermana y a su mejor amigo de la escuela. La tía de Young, Winnie, quien conocía la fascinación de su sobrino por la química y los venenos, comenzó a sospechar. También, hay que resaltar que Graham Young pudo haber pasado desapercibido si nadie hubiera conocido su fascinación por la química debido a que a veces sufría las mismas náuseas y síntomas que sufrían sus familiares, ya que a veces se le olvidaba recordar qué comida había envenenado, por lo que de vez en cuando, él mismo la ingería. Después de esto, Graham fue enviado a ser analizado por un psiquiatra, quien se quedó sorprendido ante la personalidad de Graham, por lo que recomendó contactar a la policía. Así, el 23 de mayo de 1962, Graham Young fue arrestado, cuando tenía 15 años de edad. Una vez detenido, Graham confesó haber intentado asesinar a su padre, hermana y su amigo. Los restos de su madrastra no podían ser analizados ya que había sido incinerada.

Finalmente, Young fue sentenciado a 15 años de confinamiento en el Hospital Broadmoor, una institución para criminales mentalmente inestables. Nueve años después, las autoridades del hospital, liberaron a Young alegando que estaba "completamente recuperado". Sin embargo, durante sus años en prisión, Young había estudiado mucho sobre medicina e hizo varios tests, aumentando sus conocimientos sobre los efectos de los venenos en el cuerpo humano, tomando como conejillos de indias a varios internados del hospital, como así también a miembros del personal hospitalario a los que dejó con algunos problemas de salud.

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n el transcurso de las actividades criminales del asesino, las autoridades policiacas fueron duramente criticadas por los medios de comunicación puesto que, todavía a finales del 2005, asumían un «sensacionalismo mediático» respecto a un asesino en serie. Asimismo, se criticó el hecho de que el asesino era buscado, tal vez inútilmente, entre las prostitutas y/o travestis de la Ciudad de México. Entonces, la policía suponía (debido a reportes de testigos) que se trataba de un hombre que se vestía de mujer para obtener el acceso a las viviendas de sus víctimas. En alguno de los casos, se reportó que se había visto a una mujer corpulenta vestida con una blusa roja.

La búsqueda del asesino fue complicada debido al cúmulo de evidencias contradictorias3​. En un punto de la investigación, la policía conjeturó que eran dos asesinos los que podrían estar implicados. También se puso singular atención en la extraña coincidencia de que por lo menos tres de las víctimas del asesino poseían una copia de una pintura de 1888 Niño en Chaleco Rojo, del artista francés Paul Cézanne. Curiosamente, antes de la captura de la presunta asesina, las autoridades mexicanas divulgaban declaraciones de testigos que señalaban que el asesino usaba ropa de mujer para acceder a los apartamentos de las víctimas. En uno de los casos, uno de los testigos observó a una «mujer grande con una blusa roja» salir del hogar de una de las mujeres asesinadas. Ello fue interesante para los criminólogos, forenses y detectives puesto que había grandes paralelos entre el comportamiento del asesino y Thierry Paulin. Bajo ese contexto, se atribuyó al homicida (presumiblemente varón) la posibilidad de una doble personalidad. Otra observación interesante hecha por los investigadores fue la extraña coincidencia de que algunas de las víctimas eran de origen español.

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